KUNSTHAUS -MUSEO DE ARTE EN GRAZ
Una gota de autopía

Graz es una ciudad del sur de Austria, de tradición universitaria, con 250.000 habitantes y con un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En 2003 fue Capital Cultural Europea. Al inicio de su candidatura cultural, aprobada y concedida en 1998, se promocionó la idea de despertar a la ciudad de un letargo económico y turístico. Graz seguía siendo la hermana menor y casi olvidada de Viena y Salzburgo.

La pequeña ciudad universitaria de provincias se atrevió a llevar a cabo un programa cultural de calidad, clásico, vanguardista, atrevido, insólito. Un programa digno de grandes capitales, que ha acabado de una vez por todas con su fama de ciudad provinciana, bajo el lema: "Graz puede permitírselo todo". De forma decidida han optado por valorar al máximo lo existente en el casco antiguo de Graz, uno de los mejor conservados de toda
Europa Central, haciéndolo convivir con la arquitectura contemporánea más radical en edificios públicos y privados, plazas y otros espacios. Todo ello acorde con el desarrollo de industrias tecnológicas de última generación, que se ha convertido, junto con la universidad, especializada en master humanísticos innovadores, en sus nuevos motores económicos.

Entre todas las actuaciones arquitectónicas recientes destaca la Kunthaus, el nuevo museo de arte. Es obra de los arquitectos ingleses Peter Cook y Colin Fourier, ganadores del concurso convocado al efecto. Una sorprendente forma orgánica azul, de definición rotunda se apoya en un edificio del siglo XIX, la "Eiseners Haus", edificación de estructura de fundición y a su vez catalogada y protegida por su interés histórico arquitectónico.

Uniendo ambos edificios, aparece el pasillo elevado y mirador, conocido como " la aguja", desde donde se contemplan el castillo y las aguas tumultuosas del río Mur. El Kunsthaus de Graz se ha diseñado como un centro de arte para organizar exposiciones. No tiene una colección permanente, ni los departamentos y personal que ello conlleva.

Funciona como una unidad independiente del Landesmuseum Joanneum, la gran institución museística de la ciudad.La gran forma de piel azulada, flota sobre una planta de acceso acristalada. Un rampa mecánica de lento discurrir, nos introduce poco a poco en el vientre del animal, en la caja oscura donde se mostrarán los prodigios que nos tienen reservados. La última planta tiene algo de espacio ritual, con numerosos tragaluces de luz difusa, que exteriormente nos recuerdan las espinas dorsales de algún dragón, con resonancias de Gaudí. Según cuentan sus autores, la idea surge en el primer concurso convocado, en el que el nuevo centro de arte se iba a situar en una gran cavidad existente dentro del Schlossberg, que preside la ciudad. Diseñaron una membrana que recubría las paredes de la cueva y asomaba fuera como una especie de lengüeta o cola de un dragón. Cuando la localización del museo fue cambiada a su lugar actual, al borde del río, la original membrana y el habitante de la gruta se fundieron en una nueva especie que nos devora si queremos contemplar su contenido.

Los arquitectos han escrito: "Un objeto no-Euclidiano tal como este, no se puede diseñar y representar por medio de plantas, secciones y alzados convencionales. Los programas de diseño en 3D, es el único entorno conceptual legítimo para el diseño contemporáneo, que relaciona la idea con los nuevos procesos de fabricación. Estamos en el principio de una revolución tecnológica, que nos convertirá en dinosaurios en las vísperas de un cambio climático. Esto es solo el principio de las sorpresas que nos aguardan en el siglo XXI: la arquitectura nunca será igual otra vez y este edificio está en el punto de transición."

El inicial desconcierto ante el nuevo edificio ha dado paso a una aceptación orgullosa por parte de los vecinos y posteriormente a la valoración de la crítica, al ser finalista del premio de arquitectura contemporánea Mies Van de Rohe 2005. Como vínculo entre la ciudad histórica y la del futuro, ya se he convertido en el nuevo símbolo de Graz, resultado de una radical síntesis entre un lenguaje arquitectónico innovador y el histórico lugar a orillas de río Mur. Un punto donde el pasado y el futuro se unen. Una alegoría de la tensión creativa entre tradición y vanguardia.